7.31.2009

Siempre quise ser productora para llamar al kiosco

En reproductora se larga la sección "DE GÉNERO", para que las mujeres se descarguen y los hombres le pongan el pecho a las balas y viceversa. A pedido mío, la inaugura una super productora, hoy coordinadora del informativo de una radio en ascenso.

Ana Carla Faunes -
Periodista por oficio, animal de radio por experiencia, mujer y argentina por destino, cuenta historias por opción

Nuestro anti-rol en los medios.

Cuando una comienza su carrera profesional en los medios, se enfrenta a todo un desafío. No sólo porque la inserción de por sí es difícil -ya que hay que estar dispuesta a trabajar por un par de pesos, soportar ciertos humores y demàs cuestiones que seguramente ustedes conocen- sino, además, hay que enfrentarse con el hecho de que una es mujer (y no quiero con esto emular a ¡La Gran Nacha!) ¿Y qué mujer? No estamos hablando de un 90-60-90, ni de un metro ochenta de estatura. No. Sino sería todo mucho más fácil, aunque nuestro crédito profesional estaría siempre ligado a los callos que una puede desarrollar en las rodillas y a la infinidad de muchachos (verdaderos o falsos) que han disfrutado de nuestra compañía. Pero insisto, este no es el caso. Es sólo uno más, un caso común, como el de la mayoría de las jóvenes profesionales de nuestro medio.

Cuando empezás a trabajar en una radio, en tv o en la redacción de un diario, y estás en un equipo de hombres y mujeres, comienza el... ¡PRIMER DESAFÍO! ¿A quién le pide el Jefe el café? ¿Al chico o a la chica?

_ ¡Si! ¡Ganaste! Siempre, pero siempre (como una verdad revelada) es a LA CHICA.

Y así comienza nuestro derrotero en este medio. Con vasito extraído de la máquina de café o en el mejor de los casos con la taza humeante en nuestra mano. Cumpliendo nuestro rol profesional/social/familiar o como quieras justificarlo. Pero ahí estamos, en esa situación. Y a la que me diga que nunca lo hizo... no le creo.

Seguramente ésta -o alguna circunstancia similar- te pasó a vos. ¿O no?

Y si sos varón, y llegaste a este punto ¿cuál fue tu experiencia? ¿cuándo te sentiste una chica por hacer lo que pide el jefe? O mejor... una confesión. ¿cuándo sometiste a una chica a cumplir su rol de género? eso sí, no estamos hablando de acoso. Jaja!

7.28.2009

Yo recomiendo


Para laburar:


La página http://maría press.com Para los que conocieron el apogeo del recordatorio de telam, esto es una especie de recordatorio recargado, versión siglo XXI. Con eventos y teléfonos de contacto de las actividades; indispensable para los que laburan en noticias y fundamental para los que hacen prensa.


Para descontracturar:

Los videítos de Alfredo Sabat, creados con imágenes sobre música generada por él mismo con Garageband. Los pueden encontrar en http://alfredosabat.com/cast/frames.htm . cliqueen en multimedia. A mi me mata No tengo onda.

7.27.2009

Resultados finales de "MI PRENSERO FAVORITO"

No sé si se debe a que están todos condescendientes con la dueña del blog o qué, pero hubo fuerte apoyo a mis mociones, a las que se sumaron varios nombres dignos de destacar. Aquí van los resultados finales de "MI PRENSERO FAVORITO".

Los tres más votados:
Hernán Etchaleco del diputado Adrián Pérez (CC)
Paula Atlante del senador Gerardo Morales (UCR)
Ignacio Bordoli del senador Ernesto Sanz (UCR)

Le siguen muy, muy de cerca:
Laura Echezarreta de la diputada nacional electa Margarita Stolbizer (GEN)
Claudia Burguiñón del senador Rubén Giustiniani (PS)
Un responsable de prensa de un ministro de la nación que mencionaré al final de este post

Y al toque, pegaditos:
Los chicos del diputado electo Fernando Pino Solanas (Proyecto Sur)
Agustina Diez Monet de la diputada Paula Bertold (PRO)
Carlos Cortés de la diputada Patricia Bullrich (CC)
Sebastián Fernández del economista Ricardo López Murphy
Martín Raventos de la senadora María Eugenia Estenssoro (CC)
Juan Gentile del diputado Federico Pinedo (PRO)

Mención especial 1:
Paula Schuster de la Vicejefa de Gobierno porteño Gabriela Michetti, ganadora la plaqueta "sitedigoquenoesnoysitedigotellamotellamo"
(es hora de que los productores aprendamos a trabajar un poquito mejor)

Mención especial 2:
Alicia, de la oficina de Hugo Moyano, y Lucy, asistente de Roberto Lavagna.


Peeero... siempre hay un pero. A mi entender hay un campeón moral. Recibió tantos votos como muchas de las personas mencionadas más arriba, sin embargo, merece un apartado especial por dos motivos:

1.- hace prensa de un funcionario público, obviamente oficialista.


2-. le tocaron tiempos dificiles, con un oficialismo que precisamente casi no habla con los medios.

Estamos hablando de
Mario Caputo, responsable de prensa del Ministro del Interior Florencio Randazzo.

Gracias a todos por mandar sus votos y... sigan participando!

PD: Escribo los nombres completos y cargos de todos porque nos leen unos amigos de Chile y de Colombia. Cariños para ellos, a quienes ya vamos a invitarlos a escribir unos post para saber cómo es producir por sus pagos.

7.22.2009

¡UN MEDICO AHI!

Tengo leves trastornos de ansiedad. Me hago la tonta y no los trato, pero los tengo. Uno de mis jefes tiene hernia de hiato, igual que una locutora; una compañera gastritis y otra úlcera; dos productores ataques de pánico, un coordinador un by pass, una locutora un pico de estrés y un periodista un preinfarto. Más de la mitad de los que trabajamos en ese lugar tenemos sobrepeso. Todo esto, en un solo medio, y en menos de 70 metros cuadrados.
¿Será la edad? ¿Será el signo de los tiempos?


Hace 10 años, un día, jocosos, nos paramos un gerente de noticias y yo en un costado de la redacciòn para ver lo "chapita" que estábamos. Él se golpeaba constantemente el pecho, despacito, con los dedos mayor y anular de la mano derecha; yo me hacía sonar los huesos del cuello cada cinco minutos, una productora de la mesa de noticias se comía las uñas y otra hablaba sola; un productor ejecutivo guiñaba un ojo cada cuarenta segundos y un editor tartamudeaba; un subgerente alzaba un hombro decenas de veces por hora, como queriendo estirar un lado de la camisa; un locutor se olía permanentemente la mano derecha mientras hablaba, un conductor se miraba infinitas veces en espejos, ventanas, reflejos de fórmicas y vidrios de pantallas, una asistente de producciòn estaba deprimida y medicada y más de la mitad de los que trabajábamos en ese lugar salían cada media hora a fumar al patio. Todo esto en un solo medio y en menos de 80 metros cuadrados.
¿Era la edad? ¿Era el signo de los tiempos?


Hace 17 años viví de cerca el primer surmenage. Se trataba de un productor jóven de la tira de la tarde de un canal de cable. Veintipico de años. Pensé que era un hecho aislado, pero en esa misma semana, un gerente de otro canal sufría de un infarto múltiple, un productor un colapso nervioso y un compañero moría porque (dijeron) "se había pasado de rosca". Todo eso en un solo medio y en menos de 90 metros cuadrados.
¿Era la edad? ¿Era el signo de los tiempos?


¿Qué más decirte? Hoy pintó el post reflexivo. Si te dan ganas, contestá la encuesta que está más arriba y tomate treinta segundos para pensar una vez más en eso que ya sabés, que estamos medio locos, que si vale la pena, que para qué, que por qué y todas esas cosas.

7.15.2009

INOLVIDABLES I






Década del noventa. Noventa y pocos (soy mala para las fechas, para los nombres, para las cuentas, para... bue, no importa). Canal de noticias. Noticiero del mediodía. RM y MT cerraron el programa con una cálida despedida. Salió impecable. Como casi todos los días. Bastábamos sólo tres productores obsesivos a cargo de esa maquinaria perfecta. Nos matábamos para llegar a todo. Y llegábamos. "¡Hermoso. Gracias chicos. Nos vemos mañana!"

Ese mediodia, el diputado Varela Cid era interpelado en el congreso. El canal se jugaba con una movida inédita: transmitir el móvil en vivo directamente desde el switcher master, sin pasar por el control. Hasta ahí, todo bien. Lo único que le faltaba al switcher, era el videograph y ¡oh detalle!, el videographista. Dicen que lo que siguió, fue más o menos así:

que Che! fulanitooo... ¿cargás vos?, y que no... que me voy a comer, y que quedate, y que yo no sé usarla, y que yo tampoco, y que esta máquina no la usé nunca, y que pongan a alguien, y que me parece que podés escribir en la página 1111, y que no te escuché, ¿qué dijiste?, y que me parece que... a ver... no... nada, no sé, que me parece que esta máquina no tiene previo, y que ¿y que página se usa?, y que la 1111, y que !uy!esperá que llama el móvil... ¿holaaa?; y que bueno... yo me voy, y que no... quedate, ¿qué página dijiste?, y que no sé porque no tiene previo... poné cuatro unos, y que ¿cuatro uno? ¿41? (4... 1... enter...), y que noooooooooooooooooo!!!!!!!!!!! que no tiene pre... !!!!

Placa amarilla con letras blancas, look vaticano total, al aire: MURIÓ EL PAPA POR PROBLEMAS CARDÍACOS.

Era una placa borrador. Un texto de prueba. Un modelo para placas futuras. Tan verosímil como alejada de la realidad. Ahí, en la pantalla, al aire, protagonista de un papelón mediático.

Duró nada. Cuatro segundos. Lo suficiente para que los tres productores que salíamos orgullosos de hacer el noti corriéramos a las cableras a ver por qué nos habíamos comido la noticia. Lo suficiente para que los conductores de radio las leyeran en sus televisores, la reprodujeran en sus micrófonos y de ahí en más el rebote interminable por el mundo. Lo suficiente para que los gerentes salieran asustados de sus oficinas y los teléfonos comenzaran a sonar en la redacción con la misma pregunta repetida en todos los idiomas, contestada con un balbuceo unánime (y porteño).

Fue un instante de colapso total. Corto. Pero de esos que no te olvidás más. Al ratito todos comenzamos a entender lo que había pasado; los jefes armaron flashes en vivo para la desmentida. Horrible momento el de poner la carita, son esos días en que uno dice: "fiuuuuu... por suerte soy productor y no conductor". ¿Qué decimos? tal cosa, tal otra, mejor esto, no... eso es peor... Hasta que se acercó uno de los jefes más altos. Creo que deseaba que todos nos desintegráramos en el aire y desapareciéramos de su vista. Después de meter en su despacho al productor general y antes de cerrar la puerta, nos miró con el rictus durísimo, los ojos inyectados en bronca y nos dijo con sorna: hagan otra placa que diga: MILAGRO, RESUCITÓ! Al día siguiente rodaron cabezas, versiones y chismes.

NdeB: Dicen las malas lenguas que alguna vez, analizando una estética de competencia con otro canal, se cargaron las páginas 41 y 42, una con el poco feliz texto del papa y otro con una leyenda que -de haber salido- hubiera sido un poquito más dificil de remontar. Las malas más malas de las lenguas dicen que la placa hablaba de un ex presidente. Y decía -en chiste obviamente- "FULANO, LARGÁ LA MERCA."

7.14.2009

Lloran las lloronas...

Hablamos en los pasillos, en los pequeños box de producción, a las apuradas mientras termina mi programa y comienza el suyo. Un minuto y medio, máximo dos. Si uno apretujara esos ratitos de todo un año adentro de un reloj, no completaría doce horas. Es el momento del pase. Las charlas se mezclan, se suporponen, se entrelazan entre lo que pusiste al aire, lo que vas a poner, si saliste anoche, si cobraste, si te sentís grande, si tenés el número de tal, si es mejor la notebook o la palm, si conocés a fulano, si te cuidás en las comidas y si estás harto de trabajar.
Así, a las corridas, le mostré este blog. Lo entendió enseguida y me habló de la invisibilidad del productor. Una metáfora muy cercana a otras que yo vengo pergeñando hace tiempo. Nos reímos los dos. Nos acusamos de lloronas. Nos reímos más. Le pedí que lo escriba. Aquí va su texto.

Diego Huberman,
Productor, escritor y guionista. Ocasionalmente autor teatral.
Marcada preferencia por los pepinos agridulces y el vino tinto.
Prohibido salivar en el suelo y conversar con el conductor.

El oficio invisible


Dejar para otro momento la mirada sobre el oficio periodístico es una acción que tiene ribetes heréticos dentro de una profesión que es vista de frente, y que pareciera no tener espalda ni mucho menos relleno.

Sin embargo, quienes trabajamos en medios audiovisuales sabemos que el trabajo periodístico tiene volumen, que sus figuras son reales y tienen movimiento.
En realidad, sabemos muchas cosas, pero más allá de la afirmación canallesca, sabemos cómo funciona un medio.
Es un saber extraño, que muchas veces proviene del rol que se ocupe en la máquina informativa.

Mucho de ese saber proviene de la naturaleza invisible de algunos roles, una suerte de poder de superhéroe, que en palabras de Borges, nos exalta y aniquila y nunca sabemos qué es.
Es la particularidad de la invisibilidad, una afirmación con carácter negativo, una no cosa, algo percibido por su ausencia.

Varios oficios relacionados con la tarea periodística son invisibles, pero los productores convierten un choque en entrevista, o un diputado en declaraciones.
Esa magia consumada a fuerza de llamados realizados más allá del espacio y del tiempo, convierte un libro en noticia, pero el libro es para otro, un producto en novedad, pero el regalo y cortesía no le pertenecen, una revista en tema de debate, pero hay un solo ejemplar y un periodista brusco en una persona culta, pero nadie lo sabrá.

Pueden pasar años, de hecho muchas veces pasan, y en el caso de la radio, dos vidrios capaces de sostener el secreto y el silencio separan al productor de su producto.
Se habla, se dice, se ríe, se anuncia y en cada final, casi como un reflejo o una mueca, se dirá el nombre o el apodo del que puso el banquito en el rincón y ajustó los guantes, el que cicatrizó la herida y acomodó el protector bucal cuando se encendió el cartelito con la palabra aire, que también es invisible pero está y es indispensable.

No hay gremio de invisibles, lógicamente.
La mayor parte de las legalidades derramadas frente a los micrófonos no los afectan.
El beneficio es el aprendizaje, a la usanza medieval, para poder atravesar los vidrios y encarnar, o para ser y hacer otra cosa en la dimensión de los reales.

Lloran las lloronas invisibles, mientras acomodan diarios y llevan café, lloran en secreto con otras lloronas que son mayordomos que “cortan oyentes” y ordenan las tandas, lloran entre ellos durante cada nota, lloran también a fin de mes.
Pero nadie se da cuenta, son invisibles, ni siquiera ellos mismos se ven.

7.11.2009

MI PRENSERO FAVORITO

POLÍTICA

Algo tienen en común con los productores. Trabajan en la sombra y pocas veces se llevan un reconocimiento. No les gusta que les digamos "prenseros". Prefieren "jefe de prensa" o "vocero". En el ambiente político, los hay de todos los estilos, como la gente misma. Aquí van los más frecuentes...

Llamame en un ratito (posta)... esto es lo que debería pasar siempre, consultan a su representado y antes de que empieces a producir otra nota, ya te contestaron por si o por no. Es fácil y debería ser la única categoría para la gente que hace prensa, pero no... hay muchas más.

Llamame en un ratito (trucho)... este se detecta en la segunda llamada que le hacés. Su voz tiene la misma carga de optimismo que la del posta, pero hay algo en el tono que te activa el recuedo de la vez anterior, cuando hizo que lo llamaras siete veces en un día y no llegaste a nada, ni siquiera a un "no va a hablar".

Estrellita mía... hay pocos, muy pocos, pero tienen la fantasía de ser "gerentes de relaciones institucionales" y no te consiguen al entrevistado, pero se ofrecen a salir ellos. Es un engorro, porque sin herirlos (no se puede matar al mensajero) tenés que salir del paso con cortesía.

Dejame tu mensaje... de estos hay miles. Tienen el teléfono cerrado a las 6 de la mañana, a las 3 de la tarde o a las 8 de la noche. Es más fácil comunicarse con el entrevistado que con ellos. Lo primero que se te cruza por la cabeza es "¿cuánto cobra este tipo por tener cerrado el teléfono todo el día?"

Recién egresado de TEA (o de cualquier otra escuela. No se enojen porque hay excepciones y seguramente exagero, pero algunos son tan tiernos que merecen una clasificación propia)... hace bien todos los deberes. Te pregunta quién va a hacer la nota, de qué tema querés hablar y con quién lo vas a cruzar. En cuanto te repreguntan el tema porque no lo entendieron o quieren reproducirlo ellos con sus palabras, advertís que la última vez que leyeron un diario fue para dar el último examen de la carrera.

Los nerviositos... son escasos, por suerte. Yo recuerdo nada más que a uno o dos. Atienden el teléfono no sé para qué, porque nunca tienen tiempo de hablar, solo necesitan que les liberes la línea. Te cortan, pero antes de escuchar el click, podés descifrar ese murmullo que en realidad fue una puteada. Siempre están haciendo otra cosa más importante que tu llamado.

Mandame un mail (administración privada)... es un problema, porque el productor no siempre produce sentado en un escritorio frente a una máquina conectada a internet. Si lográs que en el medio donde trabajás la única máquina que existe funcione, tenga conexión, no esté bloqueada por un usuario que se olvidó de cerrar su sesión y no la esté usando nadie, en general conseguís buenos resultados.

Mandame un mail (administración pública)... sencillamente, olvidate de conseguir la entrevista.

Los levanta muertos... hacen un trabajo loable, prensar a los imprensables. Acá se da vuelta la tortilla. Les toca llamar a ellos, y saben que hay un 101% de posibilidades de que no les des cabida. Son super creativos, bienintencionados, respetuosos y optimistas. Es probable que alguno peque de pesado, pero se lo perdonás. Sabés que la vida lo compensará y te lo vas a cruzar en algún otro momento.

Los groupies de periodistas... estos se llevan abiertamente toda mi bronca. Tienen la capacidad de ser fríos, distantes y cortantes con los productores, pero super simpáticos, confianzudos y divertidos con los periodistas. Y vos, como un nabo, te preguntás... ¿cuál es la diferencia humana entre ese señor que está sentado adelante de la cámara y yo que estoy al lado del teléfono? Peor aún, los llamás vos a sus celulares y en lugar de devolverte la llamada, se la devuelven al conductor, para el que paradójicamente un prensero (otra coincidencia con los productores) "vale dos mangos".

Los del viejo truco de la zanahoria... trabajan en prensa de políticos fuertes y poderosos, jamás te consiguen una nota con esos hombres, sencillamente porque esos hombres no dan notas. En general, trabajan con gobernadores. Abusan de un trato injusto: a cambio de la entrevista que nunca te van a dar, te ofrecen al último candidato a concejal del municipio más chiquito del país por un tema que a nadie le interesa. Y te meten en un verdadero problema.


Hay más, pero me cansé de clasificarlos y seguramente ustedes de leerlos.
Manden las clasificaciones que se les ocurran, y por favor, participen en el
TOP FIVE de MI PRENSERO FAVORITO. Prometo publicar el resultado final. Ellos se lo merecen.



MI TOP FIVE


  1. Hernán Etchaleco, de la CC y Adrián Pérez. Atiende, trata con respeto y buena onda, está super informado, si no te consigue la entrevista da una mano para buscar otra alternativa, no da vueltas ni te tiene esperando todo el día. Es difícil que salgas de una gestión con él con las manos vacías.
  2. Pegaditos, casi a la par, Paula Atlante, del senador radical Gerardo Morales e Ignacio Bordoli, del senador también radical Ernesto Sanz. Concretísimos: Habla o no habla. Están ocupados hasta tal hora, están en tal teléfono, están en tal lado. Conexión total con sus representados. Un lujo.
  3. Los Carlos de Duhalde. Son unos caballeros. Convengamos que el entrevistado es dificil, pero si te piden unos minutos, es porque realmente están haciendo gestiones por tu nota, aunque en general es un No. No importa.

Y me faltan dos... Uy, me metí en un lío. Se me ocurren muchos pero si me cuelgo pensando no termino más esta entrada. Y el verbo más difícil en mi vida es "decidir". Prometo completarlo a la brevedad. Manden el suyo. Me reservo el derecho de publicar nombres y apellidos sólo con valoraciones positivas.

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